Emprendimiento
Casero
Un día en la
vida de Imelda Alberca
Costurera del barrio Cabianga - Malacatos
que lleva el pan del día a la familia
María Imelda Alberca es madre de 4 hijos, y abuela de un nieto de 3 años, ya a sus avanzados años le toca un duro reto, ser el pilar fundamental para sostener a la familia unida.
En las mañanas como de costumbre toma el desayuno en el
calor de su hogar, seguido de una refrescante ducha del agua pura y
rejuvenecedora de Vilcabamba, se coloca su ropa de preferencia algo holgado
para sentirse cómoda, y luego se dirige a la esquina de la puerta de entrada a
su casa en la que se encuentra su lugar de trabajo.
Con una tarea larga y ajetreada, se sienta en su silla color
café oscuro, la misma que contiene una almohada para una mayor comodidad,
revisa su agenda en la que consta todos los pedidos que tiene que entregar en
ese día, al terminar saca sus dos máquinas que las tiene guardadas en un
armario color café, las limpia y empieza a enhebrarlas con el color del hilo
que corresponde a cada prenda, cose y cose sin parar hasta las 11 a.m., se
levanta y va hacia su cocina a ver que puede preparar de almuerzo para la
familia, al terminar de cocinar, llama a sus tres hijos varones, su hija mujer
y su nieto, quienes se encuentran estudiando virtualmente.
Al terminar, con un beso en la frente a cada uno, les
recuerda que los ama y que todo lo que ella hace, lo hace para tengan un mejor
futuro y no uno como el de ella, regresa a su sastrería, nuevamente empieza a
cocer y confeccionar pequeños modelos de ropa guiándose a través de manuales que
be en YouTube, al llegar la noche se dijere al comedor de su casa, encuentra la
cena servida preparada por su hija y cena la familia unidad.
Luego se dirige a la sala en compañía de todos sus hijos y
su nieto a ver su programa favorito, Esto es guerra Perú, su fanatismo hacia
los combatientes de dicho programa es lo único que la mantiene tranquila y
relajada, prepara palomitas para acompañar su programa, juega a las escondidas
con el pequeño de casa, le ayuda con su tarea y lo lleva a su cama, le cuenta
un cuento y así duerme al niño, al terminar lo abraza fuertemente y se despide de
él.
Al terminar va a su habitación, se pone su piyama, va por cada cuarto de sus hijos para darles la bendición y darles el beso de las buenas noches y nuevamente les recuerda lo importante que son para ella y lo mucho que los ama, regresa a su cama, reza y le da las gracias a Dios por darle un día más de vida a la familia. “Lo mas importante para mi es pasar el tiempo con los seres que mas amo”.
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